Ya sabes lo que me gustan los estudios científicos y basar en datos las decisiones relativas a las actuaciones en la Naturaleza.
Empiezo así el contenido de hoy porque nunca me he creído que los lobos fueran un problema irresoluble para los ganaderos ni me creo todos los supuestos ataques de lobos a la ganadería.
No conozco de primera mano los casos al norte del río Duero, pero sí que me cae cerca la Sierra de Guadarrama en Madrid.
Por otro lado, el aprovechamiento por parte de los buitres de animales débiles, aún todavía vivos, no acepto que sean considerados ataques de caza a ganado sano.
Además, aun admitiendo los perjuicios al nivel de los acusadores, soy partidario de fomentar una convivencia por el bien de la Naturaleza, es decir, por nuestro bien.
El caso es que alrededor de este tema hace poco se publicó un estudio llevado a cabo por personal de la Universidad Autónoma de Madrid que ha analizado la convivencia entre animales silvestres y ganadería.
Parea evitar los titulares de los medios de comunicación, con conclusiones, aunque acertadas, y ser lo más neutral posible a la hora de contarte esto, traduzco el título del trabajo publicado en la revista «People and Nature»: Revelando las interacciones entre humanos y vida silvestre en el contexto del abandono del pastoreo y el regreso de grandes carnívoros, ungulados y buitres: una perspectiva de las partes interesadas.
Es decir, el estudio ha consistido en entrevistar a todas las partes implicadas en las actividades ganaderas de la región, en particular de los alrededores de un par de localidades a las afueras de la capital y en la zona más al norte de la Sierra de Guadarrama (Madrid, España).
Han entrevistado a ganaderos, veterinarios, forestales y todo aquél que tiene una relación directa con la ganadería, para analizar la relación entre cérvidos, jabalíes, lobos, buitres… y ganado.
Hay dos conclusiones importantes. La primera, que la convivencia es posible si se ponen las medidas adecuadas para ello. La segunda, es que la presencia de estos grandes vertebrados silvestres no son el principal problema de la ganadería.
Para que nadie me tilde de manipulador, reproduzco lo siguiente literalmente de la nota de prensa de la Universidad: «Se identificaron diferencias dentro del sector ganadero, ya que los criadores de pequeños rumiantes (ovino y caprino) tendían a aceptar mejor la presencia de fauna silvestre gracias a prácticas de manejo más agroecológicas, a diferencia de los ganaderos de vacuno.
Entre los principales impactos negativos se destacan los ataques de lobos, que además de matar o herir al ganado pueden provocar abortos en hembras preñadas, y los ataques de buitres leonados a animales enfermos o con complicaciones en el parto. También se subrayó la preocupación por la transmisión de enfermedades como la tuberculosis animal desde los ungulados silvestres al ganado».
Nótense los matices sobre los buitres, y de la misma manera reproduzco otro párrafo revelador del informe: « La coexistencia con grandes vertebrados no solo es posible, sino necesaria para lograr un equilibrio entre la producción sostenible y la restauración de ecosistemas. Estas especies, que desempeñan funciones ecológicas esenciales como el control de herbívoros, la eliminación de biomasa vegetal o la dispersión de semillas, deben entenderse como aliados del medio natural con los que la ganadería extensiva debe aprender a convivir».
Son palabras de Pablo Acebes, director del estudio. Si quieres conocer sus palabras con respecto al lobo, esa es la primera pregunta que le hacen en una de sus intervenciones en la radio a propósito de este trabajo y lo puedes ver en este enlace.
Resumen: los animales silvestres no son tan malos como dicen algunos para la ganadería, equilibran los ecosistemas, y en los casos en los que provocan daños, se pueden limitar, si se quiere.
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Hasta pronto.
Ignacio de Miguel