Cuando hablamos de medias y de tendencias mundiales estamos hablando de estadística. Y la estadística la carga el diablo.
Las medias y las tendencias son ciertas, pero las afecciones locales son las que nos resultan más fáciles de percibir y de entender.
Recuerdo de mi infancia grandes cantidades de nieve todos los años en las faldas de la Sierra de Guadarrama, y hoy en día hay que cruzar los dedos para que nieve en las cumbres.
Eso es una realidad local alineada con esas medias y tendencias globales.
Hoy quiero hacer hincapié en estas tendencias y afecciones locales, cómo se ve afectada «nuestra» naturaleza, la que nos rodea, la más cercana que podemos ver y sentir.
De acuerdo con los datos de temperaturas de la última década, en España hemos perdido una media de 8 días de invierno. Esto quiere decir que los días en los que las temperaturas mínimas cayeron por debajo de 0 grados centígrados han disminuido en 8 a lo largo de los últimos 10 años.
Si nos acercamos a un análisis aún más local y visualizamos los datos sobre un mapa podemos observar que la variación no es igual para todos los territorios.
Esto significa que el calentamiento global no se produce de forma uniforme, y que existen regiones, más o menos pequeñas o grandes, en las que no se percibe este calentamiento, o al menos sus consecuencias.
Notamos más o menos este calentamiento en «nuestra» naturaleza, la que nos rodea, pero no podemos abstraernos de los cambios en la Naturaleza a nivel global.
Uno de estos grandes cambios que preocupaba a la comunidad científica es el que predecía el colapso de las corrientes marinas para el año 2050.
No era una predicción absoluta, sino una posibilidad sobre la que había que seguir estudiando. Las consecuencias de un colapso en las corrientes marinas afectarían de forma drástica a la climatología de todo el planeta.
Eso debería asustarnos un poco a todos porque es como decir que siempre tendríamos el mismo tiempo meteorológico en cada lugar o que la meteorología sería completamente arbitraria (exagerando un poco, pero para que me entiendas).
Nuevos estudios, más completos en cuanto a los modelos utilizados, indican que dicho colapso, afortunadamente, no parece que se vaya a producir.
Esta noticia no debe hacernos dudar de la Ciencia en ningún momento, sino al contrario, confiar en que la propia Ciencia se encarga de profundizar para apoyar o contradecir los resultados de un estudio y estar más seguros de las cosas.
Es como la probabilidad de la caída del asteroide 2024Y24 sobre la Tierra en el año 2032. Esta probabilidad alcanzó más de un 3% hasta que se ha diluido según se podían realizar nuevas mediciones de su trayectoria con el paso de los días.
La conclusión de todo esto es que debemos cuidar de «nuestra» naturaleza como si fuera toda la Naturaleza. Lo de ir de visita y dejar la basura tirada nunca lo he entendido. ¿Cuando vas a casa de un amigo le dejas basura por el suelo o le ayudas a recoger los platos?
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Hasta pronto.
Ignacio de Miguel
