Japón va a poner a prueba el primer satélite construido a base de madera.
Lo lanzarán al espacio desde la Estación Espacial Internacional y lo han bautizado como LignoSat.
Tiene el tamaño de una caja de zapatos pequeña para que nos hagamos una idea. Se trata de una prueba de concepto para comprobar la viabilidad de seguir explorando la posibilidad de construir los satélites con madera.
El motivo de hacer algo así es doble. Por un lado, una vez acabada su vida útil y caer a la Tierra, se desintegrarían sin producir restos de metales contaminantes. Sólo se liberaría vapor de agua y CO2 en su reentrada.
Por otro lado, y de cara a una base lunar y por qué no marciana, se explora la posibilidad de usar madera para construir refugios aprovechando sus propiedades de aislamiento y protección contra la radiación cósmica.
Si logramos protegernos de la radiación nos apuntaremos un tanto necesario en la conquista del Espacio.
Para lo de la ingravidez cuyos efectos adversos comenté la semana pasada tengo alguna idea, pero como forma parte de la ciencia ficción lo dejo para otro lugar.
Hasta pronto.
Ignacio de Miguel