Cuando hablamos de «la Gran Muralla Verde» nos referimos al menos a dos cosas diferentes. La primera es la muralla verde del Sahel de África. Se trata de una barrera verde que pretende unir el este con el oeste, atravesando todo África para frenar el avance del desierto. En realidad, no es para frenar el avance del desierto, sino tal como como se define el plan para restaurar zonas degradadas.
Lo que se concibió inicialmente como una gran muralla de 15 km de ancho y 8000 km de largo que recorriera de este a oeste, todo África por debajo del desierto, en realidad se han convertido en unas prácticas locales para conservar, restaurar el suelo y desarrollar las comunidades agrícolas locales.
Este proyecto de la gran muralla verde de África empezó en el año 2005-2007, lanzado por la Unión Africana. Recorre once países y lo que se pretende es restaurar las tierras degradadas para darle una opción agrícola y de sustento a sus poblaciones. Se centra sobre todo en Burkina Faso y Níger. Hasta ahora se han restaurado casi 16 millones de hectáreas.
Hay otros 100 millones de hectáreas pendientes de restaurar para el año 2030. También se estima el impacto económico en cuanto a empleos en más de 10 millones. En definitiva, se trata de un programa que a la vez que restaura ecosistemas y protege suelos, da opciones de vida a través de la agricultura a poblaciones locales muy pobres.
La otra gran muralla verde
Por otro lado, tenemos otra gran muralla verde, en este caso, en China. Se trata de un proyecto que nació en 1978 para frenar las tormentas de arena del desierto de la zona de Taclamacan en China que produce grandes perjuicios a las poblaciones de alrededor.
Es un gran desierto con cientos de miles de kilómetros cuadrados de dunas y las tormentas de arena provocan en las poblaciones colindantes grandes trastornos. El proyecto de la gran muralla verde china se contempló como un cinturón de 3000 km de longitud de árboles para frenar el avance del desierto y frenar estas tormentas de arena.
Al final, lo que se pretende es que la cobertura forestal del país que estaba en torno al 5% antes del año 2000 llegue a casi el 15%. Según donde leamos la información podemos ver que el proyecto ya ha terminado o que todavía continúa hasta el año 2050 y que de 3000 km, pues ha pasado a 4500 km de largo.
Esta gran muralla verde en china ha conseguido frenar las dinámicas de tormentas de arena y también ha modificado el régimen de lluvias de la zona.
La zona replantada con árboles ha atraído agua, mientras que en otras zonas donde llovía copiosamente, pues se ha visto reducida esa cantidad de lluvia. No hay una valoración de si esto es bueno o malo. En principio, está gran muralla verde china ha conseguido su objetivo o está consiguiendo su objetivo, que es el de frenar las tormentas de arena y obviamente evitar que el desierto avance aún más.
El cambio del régimen de lluvias lo que muestra es que es necesario considerar una gestión hídrica adecuada para que esto no suponga un problema.
Estas grandísimas iniciativas, tanto en África como en China, para reverdecer los suelos, tanto como Cualquier otra iniciativa más local y pequeña para restaurar ecosistemas, no debemos considerarlo como una intervención humana para alterar la naturaleza, sino para proteger ver las cosas como están para evitar que se deteriore más de lo que se ha deteriorado por nuestra acción y para restaurar zonas de ecosistemas que eran diferentes hace unos cuantos años.
Es necesario un equilibrio y nuestra labor es intentar mantener ese equilibrio y restaurar los equilibrios que hemos descompensado en las últimas décadas, pero nuestra presencia, nuestra intervención en el ecosistema, en el medio ambiente, también forma parte de la naturaleza, siempre que no la matemos.
Hasta pronto.
Ignacio de Miguel XdE



