La startup Electric Hydrogen (EH2) participada por Bill Gates ha recibido su primer pedido de un electrolizador de 100 MW de potencia.
Esto lo convierte en el electrolizador más grande del mundo, así que hay mucha expectativa sobre su funcionamiento.
Según la empresa, en el futuro próximo el electrolizador de hidrógeno podrá ser ampliado a una potencia de 200 MW.
Mientras la noticias relacionadas con la reducción de costes alrededor de la industria del hidrógeno se suceden. Hace poco comentaba la reducción del uso de platino en el proceso y por tanto la reducción de costes.
Ahora una empresa sueca afirma que el coste del hidrógeno verde puede reducirse a la mitad.
Mientras tanto, la revista Hydrogen Insigth hace una lista con 11 megaproyectos de producción de hidrógeno a lo largo de todo el mundo.
Y en EEUU, han lanzado un plan de 8 mil millones de dólares para desarrollar la industria del hidrógeno renovable.
Hay que reconocer que uno de los principales problemas del uso del hidrógeno como reservorio energético es la capacidad de almacenamiento del mismo ya que para almacenarlo en estado líquido requiere mucha energía y presión. Sin contar con que hay que disponer de los depósitos adecuados.
En vías de explorar diferentes soluciones a este problema, en Alemania ya están probando el almacenamiento del hidrógeno en una caverna.
En Suecia los fondos europeos han concedido más de 140 millones de euros para una central de producción de 500MW de potencia en electrolizadores de hidrógeno (enlace de la noticia es el mismo de la noticia de la reducción de costes).
La pregunta que me surge después de todas estas noticias es la siguiente: A pesar de mi optimismo por el uso del hidrógeno, a lo mejor todos estos esfuerzos se están realizando para determinar de una vez por todas si es viable, y abrazar al hidrógeno, u olvidarnos de él.
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Ignacio de Miguel
