Hoy te voy a hablar de urracas repobladoras forestales y de la cara b, el atlas de la desertificación en España.
El tema de las urracas repobladoras forestales no es que sea una novedad, pero a partir de una comunicación de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) que hablaba sobre el tema, me ha parecido interesante comentarlo.
Las urracas son capaces de plantar hasta 200 encinas por hectárea y año. Y es que las urracas se dedican a recoger y guardar todo tipo de cosas, entre ellas bellotas. Las recogen, las ocultan para un mejor momento y algunas de esas bellotas se quedan olvidadas, enterradas, de tal manera que están haciendo una labor de repoblación.
Una sola urraca de acuerdo a esta comunicación de SEO, es capaz de esconder entre 1000 y 2000 bellotas cada otoño. Seguro que algunas se le olvidan y seguro que de muchas de ellas nacen nuevas encinas. Este es uno de los factores por el cual las urracas, entre otros animales, son necesarios y buenos para nuestro ecosistema.
Es verdad que las urracas han proliferado mucho en entornos urbanos y eso podría llegar a afectar a la población de otras aves, pero no las miremos mal porque hacen una gran labor.
Riesgo de desertificación en España
Por el lado contrario a la repoblación forestal, tenemos el atlas de la desertificación en España.
Hay que recordar que la superficie forestal en España en las últimas décadas ha ido aumentando, es decir, tenemos mayor superficie forestal que hace 10 o 20 años. Esto es positivo, aunque hay que matizarlo y evaluarlo también desde un punto de vista local.
En cualquier caso, un grupo de científicos de la Universidad de Alicante y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha presentado el mapa o el atlas de la desertificación en España.
Me ha gustado mucho una de las cosas que los propios autores del estudio dicen y cito textualmente: «Los mapas presentados, aunque imperfectos y sujetos a debate en la comunidad científica a partir de ahora, buscan ofrecer una referencia útil ante el vacío cartográfico existente en esta cuestión.
El proceso ha revelado limitaciones conceptuales y operativas, especialmente en en torno a la definición de degradación, su escala y la referencia temporal para evaluar su severidad. Estas decisiones implican inevitablemente cierta subjetividad que se han hecho explícitas siguiendo un método científico. El resultado no es una verdad absoluta, sino una propuesta robusta siempre mejorable con nueva información e investigación».
Este este es uno de los párrafos de las páginas de conclusión de este informe bastante extenso que muestra que es la mejor aproximación que se ha podido llevar a cabo.
Cómo se ha elaborado el atlas de riesgo de desertificación
Los científicos han unido por un lado la situación hidrológica en España, la situación desde el punto de vista de la aridez de cada uno de los territorios de España, y lo han sumado a una serie de variables más o menos objetivas, por lo menos cuantificables, para que afectan al riesgo de desertificación.
Se han apoyado por inteligencia artificial para aprender de la evolución de las situaciones y de las afecciones de cada una de esas variables en los territorios en relación con la desertificación.
Uno de los elementos del informe son 16 casos de uso, 16 análisis de estudios que han hecho de manera más local, más concreta para evaluar la la situación de la desertificación en esos contextos concretos, como por ejemplo un un olivar en el que el suelo está degradado. Las conclusiones son muy interesantes de cada uno de los estudios porque en algunos casos los problemas de degradación del suelo pueden no tener que ver con la desertificación, sino con otros factores.
Me parece un buen estudio, un gran trabajo que se ha realizado y como dicen las propias conclusiones, puede haber cosas que son matizables o son debatibles, pero desde luego sí que nos acerca a una situación lo más real posible desde el punto de vista científico en cuanto a las probabilidades de desertificación o degradación por desertificación de nuestro territorio.
La mala noticia
La mala noticia es que hay hasta un 60% de territorios áridos o semiáridos en riesgo de desertificación y si tenemos en cuenta el territorio completo, tenemos un 40% de territorio en riesgo de desertificación, que es el doble de los cálculos previos que se tenían hasta ahora antes de este estudio. Ni los motivos ni las soluciones son siempre sencillas.
Tiene que ver con el aumento de las temperaturas en general, de las olas de calor, con la cantidad de precipitaciones, con la estacionalidad de estas precipitaciones, con el uso del agua que se hace, con el uso del suelo, etc. Es decir, hay muchos factores que van a afectar al proceso de desertificación.
Por tanto, ni los motivos ni los remedios son sencillos.
Hasta pronto.
Ignacio de Miguel
